La obra de Kurcho se desarrolla en la intersección entre el arte conceptual y el arte relacional. Retoma la lógica del arte conceptual en tanto prioriza las ideas y los significados detrás de cada pieza, utilizando el lenguaje visual como vehículo para explorar temáticas vinculadas a la condición humana, los estados de ánimo, el amor, la evolución social y la conexión entre las personas. Al mismo tiempo, incorpora elementos del arte relacional, proponiendo experiencias que invitan a la participación activa del público, generando vínculos simbólicos y emocionales en el espacio compartido.

 

Kurcho se expresa a través de un abanico de lenguajes y soportes: instalaciones en espacios públicos, esculturas, objetos y piezas visuales, realizadas con técnicas mixtas. En la mayoría de los casos, se busca generar experiencias significativas que activen la reflexión individual y colectiva, promoviendo micro transformaciones emocionales que puedan escalar en impacto cultural.